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El blockchain, término también conocido por su traducción al español como cadena de bloques, se ha convertido en un tema en boga en el discurso público. Pero ¿qué esconde esta tecnología que se conoce sobre todo por su aplicación en las criptomonedas, pero cuyas posibilidades de aplicación van más allá del bitcoin y otras tecnologías similares?

La cadena de bloques se utiliza para la verificación de las transacciones de datos y su uso comprende todos aquellos procesos en los que hay que proteger, acreditar o distribuir datos. Además, las aplicaciones basadas en el blockchain no requieren instituciones intermediarias. Es así como, al menos en teoría, las transacciones de pagos, los movimientos de los mercados de capital, los contratos, las certificaciones, los derechos de autor, las patentes y los registros (entre otros) se pueden gestionar sin la intervención de bancos, notarios, administradores u otras instituciones
estatales.

Además, no es solo el sector bancario en el que se concentra un interés creciente por el blockchain: también en el inmobiliario, el sanitario y de los seguros se contemplan ya los beneficios de la cadena de bloques. Asimismo, quienes apuestan por esta tecnología encuentran un gran potencial de aplicación en la jurisprudencia, la industria energética y las administraciones públicas.

A continuación se explica qué es el blockchain, su funcionamiento y los motivos que hacen que esta tecnología pueda aumentar en un futuro la rentabilidad, flexibilidad y rapidez de procesos como el intercambio de valores en Internet.participantes, los cuáles pueden rastrear cada transacción que hayan realizado.